Todo tiene su final.

Y dado que aquí volqué mis estados más emos y, tal vez, saqué a relucir lo peor de mí (a pesar que muchas de esas las entradas las borré), creo que es tiempo de nuevos inicios, nuevos aires. No sé si siga haciendo un blog como este, pero definitivamente si lo vuelvo a hacer, ya no continuaré con este sino que empezaré uno nuevo.

Basta con la derrota, la angustia y la depre. Hoy y siempre decido pararme en victoria y ser Luz.
Se acabó la noche.